En el décimo episodio del anime pudimos ver a Yor entrenando nuevamente a la pequeña Anya, aunque esta vez a conciencia y en un aspecto meramente deportivo, con el fin de prepararla para un partido escolar de balón prisionero. Ni que decir tiene que este marco sirvió para que la hermosa Yor Forger nos regalara más de esa fuerza bruta acompañada de poco sentido común, junto con su particular encanto. Como de costumbre, estos inconscientes alardes sirven de disparador para esas reacciones de Anya tan populares.
Mientras que el entrenamiento de Anya nos deja una clara referencia a Rocky Balboa, el propio de Damian y su séquito nos brindan otras tantas, destacándose claramente el homenaje a Dragon Ball Z.
En resumen, un episodio repleto de referencias que nos evoca a la serie Kaguya-sama: Love Is War, con una animación de calidad llena de acción más propia de una producción de género shounen. Sin duda, como celebraron las redes inmediatamente después de su emisión, se trata de un episodio memorable.
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